Las cetonas se caracterizan porque su
carbono carbonilo se encuentra en la región interna de la cadena, y en
consecuencia se hace necesario determinar su posición.
Hay dos formas de nombrar cetonas,
algo muy semejante a lo que ocurre con los alcoholes es que su sufijo cambia
dependiendo de si empleamos las reglas anteriores a 1993 o las posteriores a
1993.
En las reglas anteriores a 1993 se
emplea el sufijo –anona; pero si
empleamos las reglas posteriores a 1993 solo se emplea el sufijo –ona. Observemos el siguiente ejemplo
para señalar cómo funcionan las dos nomenclaturas.
Las reglas de nomenclatura son
semejantes a los alcoholes y alquenos en todo sentido, se debe escoger la
cadena más larga que contenga el grupo carbonilo y escoger la punta para conteo
que le dé el número más pequeño.
Al igual que con los alcoholes, si se
presenta un doble enlace se emplean las reglas de 1993, pero en tal caso no se
emplea el sufijo –an después del
nombre de la cadena mas larga.
Al igual que con los aldehídos,
cuando se toma a una cetona como parte de un grupo alquilo, la terminación –il se transforma a –anoil, sin embargo, los ejemplos para el manejo de esos casos los
veremos cuando miremos hidrocarburos con diferentes grupos funcionales
simultáneos.
Referencias bibliográficas: (Carey
& Giuliano, 2011; Solomons et al., 2014; Wade, 2012)
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