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El
benceno, un compuesto incoloro con un punto de fusión de 6 °C y un punto de
ebullición de 80 °C, fue aislado por primera vez por Michael Faraday en 1825 a
partir del residuo aceitoso que se acumulaba en las líneas de gas de
iluminación de Londres.
Fórmula molecular
La fórmula
molecular del benceno, C6H6, sugiere un alto grado de
insaturación. En comparación con el alcano correspondiente de fórmula molecular
C6H14, el índice de deficiencia de hidrógeno del benceno
es cuatro, lo que puede cumplirse mediante una combinación adecuada de anillos,
dobles enlaces y triples enlaces. Por ejemplo, un compuesto de fórmula
molecular C6H6 puede tener cuatro dobles enlaces o tres
dobles enlaces y un anillo o dos dobles enlaces y dos anillos o un triple
enlace y dos anillos y así sucesivamente.
Propiedades químicas y
energéticas
Considerando
el alto grado de insaturación del benceno, podría esperarse que mostrara muchas
de las reacciones características de los alquenos y alquinos. Sin embargo, el benceno es notablemente poco reactivo y
energéticamente bajo. No sufre las reacciones de adición, oxidación
y reducción características de los alquenos y alquinos. Por ejemplo, el benceno
no reacciona con el bromo, el bromuro de hidrógeno u otros reactivos que normalmente
se suman a los enlaces dobles y triples carbono-carbono. No se oxida con ácido
crómico en condiciones que oxidan fácilmente alquenos y alquinos. Cuando el
benceno reacciona, lo hace por sustitución, en la que un átomo de hidrógeno es
reemplazado por otro átomo o grupo de átomos.
El benceno
también es notablemente poco energético, cuando se lo compara con el hipotético
ciclohexatrieno, el cual debe tener una energía de hidrogenación de -359.0
kJ/mol, pero en lugar de eso posee una energía de -208.4 kJ/mol.
La primera sustancia
aromática
Las
evidencias anteriores reflejan que el pensé no no posee ninguna de las
propiedades de los alquenos homólogos, y por lo tanto aunque su estructura
inicial pueda recordar a la de un alqueno no se comporta como tal, y en
consecuencia es su propio tipo de sustancia, una sustancia que los químicos
históricamente han denominado como la primer sustancia
aromática.
El término
aromático se usó originalmente para clasificar el benceno y sus derivados
porque muchos de ellos tienen olores distintivos. El término aromático, como se
usa ahora, se refiere al hecho de que estos compuestos son altamente insaturados e inesperadamente estables
frente a los reactivos que atacan a los alquenos y alquinos. El término areno
se usa para describir hidrocarburos aromáticos, por analogía con alcano,
alqueno y alquino. El benceno es el areno padre. Así como un grupo derivado de
la eliminación de un H de un alcano se denomina grupo alquilo y recibe el
símbolo R–, un grupo derivado de la eliminación de un H de un areno se denomina
grupo arilo y recibe el símbolo Ar–.
El modelo de Kekulé
Pongámonos
a mediados del siglo XIX y examinemos la evidencia sobre la cual los químicos
intentaron construir un modelo para la estructura del benceno. Primero, debido
a que la fórmula molecular del benceno es C6H6, que se puede hallar por un análisis
de combustión, parecía
claro que la molécula debe ser altamente insaturada. Sin embargo, el benceno no
muestra las propiedades químicas de los alquenos, los únicos hidrocarburos
insaturados conocidos en ese momento. El benceno sufre reacciones químicas,
pero su reacción característica es la sustitución en lugar de la adición.
Cuando el benceno se trata con bromo en presencia de cloruro férrico, por
ejemplo, solo se forma un compuesto con la fórmula molecular C6H5Br.
Los
químicos concluyeron, por lo tanto, que los seis hidrógenos del benceno deben
ser equivalentes. Cuando el bromobenceno se trata con bromo en presencia de
cloruro férrico como catalizador, se forman tres dibromobencenos isoméricos. Para
los químicos de mediados del siglo XIX, el problema era incorporar estas
observaciones, junto con la tetravalencia aceptada del carbono, en una fórmula
estructural para el benceno. Antes de examinar estas propuestas, debemos
señalar que el problema de la estructura del benceno y otros hidrocarburos
aromáticos ha ocupado los esfuerzos de los químicos durante más de un siglo.
Solo desde la década de 1930 se ha logrado una comprensión general de este
problema.
La primera
estructura del benceno fue propuesta por August Kekulé en 1865 y consistía en
un anillo de seis miembros con un hidrógeno unido a cada carbono. Aunque la fórmula
estructural original de Kekulé preveía la equivalencia de los enlaces C-H y C-C,
era inadecuada porque todos los átomos de carbono eran trivalentes. Para
mantener la tetravalencia del carbono, Kekulé propuso en 1872 que el anillo
contenga tres dobles enlaces que se desplazan hacia adelante y hacia atrás con
tanta rapidez que las dos formas no se pueden separar. Kekulé consideró esta
interconversión como un equilibrio, cada estructura en la que se conoce como
una estructura de Kekulé.
Figura 2‑1. Modelo de resonancia para el benceno en una
estructura de Kekulé.
Ahora, más
de 135 años después de la época de Kekulé, somos propensos a malinterpretar lo
que los científicos de su época sabían y no sabían. Por ejemplo, se nos da por
sentado que los enlaces covalentes consisten en uno o más pares de electrones
compartidos. Sin embargo, debemos recordar que no fue hasta 1897 cuando J. J.
Thomson, profesor de física en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de
Cambridge, descubrió el electrón. Thomson fue galardonado con el Premio Nobel
de Física de 1906. El hecho de que el electrón desempeñó algún papel en el
enlace químico no quedó claro hasta después de otros 30 años. Así, en el
momento en que Kekulé hizo su propuesta sobre la estructura del benceno, se
desconocía por completo la existencia de los electrones y su papel en el enlace
químico. La propuesta de Kekulé explicaba muy bien el hecho de que la bromación
del benceno da solo un bromobenceno y que la bromación del bromobenceno da tres
dibromobencenos isoméricos.
Figura 2‑2. Monobromación del benceno y dibromaciones del
benceno.
Aunque su
propuesta coincidía con muchas observaciones experimentales, no resolvió
totalmente el problema y fue cuestionada durante años. La principal objeción
fue que no explicaba el comportamiento químico inusual del benceno, pues mostraba dibujado era la
estructura de un trieno cíclico, pero para la época era evidente que el pensé
no no compartía las propiedades químicas de los alquenos cíclicos.
Si el
benceno contiene tres dobles enlaces, argumentaban los críticos de Kekulé, ¿por
qué no muestra las reacciones típicas de los alquenos? ¿Por qué, por ejemplo,
el benceno no agrega tres moles de bromo para formar
1,2,3,4,5,6-hexabromociclohexano? Ahora entendemos la sorprendente falta de
reactividad del benceno sobre la base de dos descripciones complementarias, el
modelo orbital molecular y el modelo de resonancia.
Se ve como un alqueno,
pero no es un alqueno
En el siglo
XIX, a los químicos les resultó desconcertante que el benceno pudiera ser tan
poco reactivo frente a las reacciones de adición, dado su presunto alto grado
de insaturación. La estructura del ciclohexatrieno para el benceno fue
propuesta por primera vez por August Kekulé en 1865 (Kekuié, 1866). La mayoría de los químicos
aceptaron rápidamente esta estructura, ya que explicaba la mayoría de las
relaciones isoméricas conocidas de la química aromática. La estructura
hexagonal explica por qué solo existe un isómero de benceno y por qué los
compuestos disustituidos tienen tres isómeros (Rocke, 2015).
Entre 1897
y 1906, J. J. Thomson, el descubridor del electrón, propuso tres electrones
equivalentes entre cada par de átomos de carbono en el benceno. Una explicación
de la excepcional estabilidad del benceno se atribuye convencionalmente a Sir
Robert Robinson, quien aparentemente fue el primero (en 1925) en acuñar el
término sexteto aromático como un grupo de seis electrones que resiste la
disrupción (Armit & Robinson, 1925).
De hecho,
este concepto se remonta más atrás, a través de Ernest Crocker en 1922, hasta
Henry Edward Armstrong, quien en 1890 escribió "las [seis] afinidades
céntricas actúan dentro de un ciclo... el benceno puede representarse mediante
un anillo doble... y cuando se forma un compuesto aditivo, el ciclo interno de
afinidad sufre una interrupción, los átomos de carbono contiguos a los que nada
se ha unido necesariamente adquieren la condición etilénica" (Armstrong, 1890; Crocker, 1922).
Los orígenes
de la mecánica cuántica de esta estabilidad, o aromaticidad, fueron modelados
por primera vez por Hückel en 1931. Fue el primero en separar los electrones de
enlace en electrones sigma y pi. La aromaticidad de un compuesto aromático
arbitrario se puede medir cuantitativamente mediante el método computacional de
desplazamiento químico independiente del núcleo (NICS) (Schleyer, Maerker, Dransfeld, Jiao, & van
Eikema Hommes, 1996) y los métodos de porcentaje de
aromaticidad (Mucsi, Viskolcz, & Csizmadia, 2007).
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